Los niños se resfrían entre 3 y 5 veces al año, algunas de cuáles se complican y es cuando la preocupación de los padres crece ¿Pueden comer cosas frías? ¿Qué pasa si se quedan con la camiseta mojada? Son tantas preguntas que surgen y no siempre se tiene un médico pediatra cercano que las despeje en horario de 24 horas.
Una de las principales consideraciones que se debe tener es el sudor. Al vestir con demasiada ropa a los niños, lo que provoca es un exceso de sudor, si en esas condiciones, el pequeño tiene contacto con el frío, lo más probable es que el resfriado se complique. Por lo tanto, vista a su hijo con la ropa necesaria, no en exageración, a los niños se les debe cubrir dos partes importantes del cuerpo: la cabeza y las manos. Se pierden aproximadamente el 60% de temperatura por la cabeza y por las manos, así que lo recomendable es gorro y guantes.
Es muy común que, por iniciativa propia, las mamitas apenas identifican un resfriado, comiencen a darle al niño vitamina C; esto es positivo, pues la vitamina C ayuda a que la mucosa de la nariz esté fuerte. Por otro lado, cuando la mucosa de la nariz se seca, ésta se cuartea y pueden ingresar las bacterias fácilmente; es por esto que el suero fisiológico ayuda a humedecer la mucosa y se convierte en un aliado en contra del resfrío.

La vitamina C en conjunto con el suero fisiológico ayudan a tener blindada la mucosa, así que procure tener ambos productos en casa.
¿Tiene miedo de exponer a sus hijos a cosas frías o heladas? ¿Si comen mucho helado les va a dar gripe? No, esto no es causante de enfermedad.
El aparato respiratorio tiene mucha vellosidad, éstos ayudan a sacar la mucosidad, envolviendo los virus, sacando las bacterias, expectorando; por esta razón es bueno humedecer el área con suero fisiológico. El problema con el consumo de cosas frías es que no permiten expectorar y esto si resulta serio, por esta razón es muy frecuente que la primera recomendación del pediatra frente a síntomas de refrío, es no ingerir cosas heladas.
Otra de las situaciones más recurrentes es que los niños apenas entran a la guardería se contagian de gripe. En casa los padres sobreprotegen a los niños y suele suceder que tienen pocas defensas cuando están en contacto con otros niños. Para evitar un mal rato, la recomendación es vacunar al bebé o niño contra la gripe previo a entrar a la guardería. Consulte bien a su pediatra cuál es la más adecuada para su bebé, existen muchas opciones en el mercado, muchas de las cuales no causan efectos secundarios.
Recomendaciones:
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- Ayude a su hijo a tomar mucho líquido. Estar bien hidratado diluye las secreciones del cuerpo. Así es más fácil toser y soplarse la nariz.
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- Si el aire de su casa es seco, utilice un humidificador. El aire húmedo evita que la mucosidad nasal se seque y lubrica las vías respiratorias.
- Cuando tenga la nariz taponada por la mucosidad, puede lavar sus fosas con suero fisiológico y así ayudarle a respirar mejor. Esta práctica la puede repetir siempre que su niño lo necesite: al acostarse, al levantarse, antes de comer, etc.
- Hable con el médico antes de darle a su hijo un medicamento de venta libre para el resfriado debido a que algunos contienen ingredientes que no se recomiendan para los niños.
- Enseñe al niño a estornudar tapándose la boca, para evitar contagios igual que al toser.