Muchas veces, en alguna situación de nuestra vida, nos hemos quedado disfónicos (o como comúnmente se dice: afónicos). Vamos al estadio, gritamos y ya no podemos hablar; o después de una gripe, nos hemos visto afectados e incluso hemos perdido completamente la voz.
La disfonía es una alteración en la intensidad o tono de la voz, debido a trastornos en las cuerdas vocales. Profesores, gente que da discursos, cantantes y más, pueden quedarse disfónicos por mucho tiempo o inclusive años.
Cuando una persona se queda disfónica generalmente tarda hasta dos meses en recuperar la voz, dependiendo de si este cuadro se ha debido a una infección viral o bacteriana; si es luego de un episodio gripal, puede afectar a la región de la laringe, llegar a las vías aéreas superiores y posteriormente a las cuerdas vocales.
Si la disfonía persiste más de dos o tres meses, se recomienda acudir al médico para investigar qué es lo que está causando este mal. Si este aparece de la nada, hay que evaluar el antecedente; es decir, si es docente, cantante, una persona que habla mucho. Cuando se dan gritos fuertes o abruptos, la cuerda vocal se puede hinchar, puede sangrar y se forma un hematoma o hasta un pólipo.
Cuando la cuerda vocal presenta un quiste, un edema o un pólipo, esta ya no tiene el mismo tono ni intensidad, porque algo está obstruyendo su funcionamiento que es el de vibrar como una cuerda de guitarra, y si hay algo colgando de las cuerdas vocales la fuerza e intensidad de la voz baja. En algunos casos, el tratamiento que se aplica es la foniatría, ejercicios vocales para conseguir una buena mecánica respiratoria. En determinadas condiciones, la solución es quirúrgica.
Las cuerdas vocales tienen puntitos blancos llamados nódulos, que generalmente se forman cuando las personas utilizan mal la voz, es decir, que empiezan a gritar, a hablar bajito o usan un tono que no va a acorde con ellos. Por eso una persona disfónica debe hablar de manera normal, no bajando la voz, porque eso produce que las cuerdas vocales se esfuercen más y se terminen lastimando. Tampoco se debe tratar de gritar para que le escuchen.

Consejos Prácticos:
- No fume. El humo del tabaco es el principal elemento tóxico, puesto que además de irritación, provoca sequedad y puede llegar a producir tumores.
- Mantenga una buena hidratación. Las cuerdas vocales necesitan estar bien lubricadas con una capa delgada de moco. Para ello, lo mejor es beber al menos 1,5 litros diarios.
- Acuda al otorrinolaringólogo, si su afonía persiste más del tiempo indicado.
- Evite el ruido ambiente, puesto que obliga a hablar con un volumen que supere ese ruido.